Monday, June 6, 2011

El reno sueco y el burro catalán: a fabuLOVEstory


Joanot era un burro catalán. Algo charnego porque su madre era una burra folclórica y su padre podría haber sido cualquiera, pero en fin: quien no está mezclado hoy en día? Joanot tenía las pelotas bien puestas, redondeadas, tuneadas con suave vello borriquil y muy pegaditas al culo, era altanero como un gallo y cabezón como una vaca-burra. Muy chulo, vamos. Matts era un reno gordo y majestuoso ,más sueco que las albóndigas con salsa de arándanos. Solía tener sueños con cerillas y un bidón de gasolina pero su psicoanalista, una cabra majorera, no lograba dar con el subtexto. Matts había llegado al Pirineo catalán de vacaciones, con un tour-operador de la Laponia que organizaba viajes para renos jubilados. Matts era algo despistado y calculando la obturación de la luz para fotografiar el arranque de vuelo de una libélula sobre un cardo borriquero se separó de su grupo. Perdido en un campo de amapolas y aturullado por una manada de ovejas cagonas que pasó por allí y se hicieron las suecas al preguntarles por la parada de taxis más cercana… Matts se sintió muy sólo y sucumbió ante una esporádica depresión, pero como hacía sol desestimó el suicidio. Matts empezó a dar vueltas a un bellotero conectado a su iphone y esperando a que su madre se conectara por Skype y le enviara instrucciones. Es lo que tienen los suecos, que son muy de protocolos. De mientras hizo log in en spotify y se puso Abba para animarse… En esas que por allí paseaba Joanot, el susodicho burro. Bueno, no paseaba, iba peinándose las pelotas y ensayando su monólogo pues tenía actuación todos los viernes en la taberna “Escalivada & Company”. A Joanot le encantaba que le escucharan y si la gente no se reía, al día siguiente tenía que aliñar la alfalfa con diazepán. Al tropezarse ambas especies tan dispares sucedió la confusión: Joanot nunca había visto un reno y Matts tampoco sabía lo que era un burro. Así que Joanot pensó que Matts era una ardilla enferma de obesidad mórbida y Matts pensó que Joanot era un conejo gigante mutante. Ambos se hicieron pipí.

Joanot: Y tu? Cosa qué eres? – soltó azorado por la dislexia- Collons! (remató rebuznando)
Matts: Förlåt?- masculló elegantemente el reno. Luego se descargó el Google translator y empezó a traducirse-Estoy perdido, donde trobo un parado de automóbil y puc beber sangría familía?

Joanot fue flasheado y recordó haber visto una silueta parecida en un cojín de un catálogo de Ikea. Matts se descargó la aplicación “What the fuck is this?” en su Iphone, fotografió al burro y le llegó un post al twitter de que eso no era un conejo sino una pegatina que se ponía la gente en los coches. Y en menos de lo que despega el vuelo una libélula de un cardo borriquero surgió el amor o bueno, dicho a lo bestia, el deseo sexual pues a Joanot casi le explotan las pelotas y a Matts se le cayeron dos dientes del subidón de oxitocina. Aquella noche Joanot hizo su mejor actuación, la piara de cerdas de la primera fila que se estaba poniendo tibia de paté de olivas no dejó de aplaudirle, mientras que Matts, a pesar de no entender catalán se rió más que nunca en su vida y se hizo fan de la mistela. La mezcolanza sueco-catalana resultó ser todo un éxito debido a la deliciosa combinación de serenidad y despelote, así que al año siguiente todos los granjeros se pusieron a cruzar renos suecos y burras catalanas. La versión gay se quedó para Joanot y Matts, que al no poder concebir un baby burreno adoptaron un escarabajo pelotero que les dejaba el establo como los chorros del oro. Y ya ves, cuando menos te lo esperas, te puede pasar cualquier burrada.




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