Friday, March 16, 2012

Toy Soldier

(* Nota: Leer abajo antes de consumir)

Booomb, Baannngg!!!! Ratata-ta-tá-áááa! Seis millones de espectadores, Seis millones de fotogramas cegadores,  billones de kilos  de maíz tostado, pop-pop, corn-corn,  tres mil de mantequilla amartelada en las palomitas florecidas de perlas amarillas,  como florece la sangre en los diamantes africanos, taquillazo absoluto de la semana, del mes, de la historia de los “viruses”, del sistema solar, de la Via Láctea que se derrama blanca sobre fondo negro… Veintiséis millones de pares de índices con sus falanges aporreando las teclas K-O-N-Y, qué “cony” es KONY? Da igual, tu teclea: K-O-N-Y y mira y llora y engulle palomitas y cómprate el póster, la pegatina, la pulserita y hazte una foto y publícala en el Facebook, “qué mona estoy, tengo un coraçao que no me cabe in the chest!!”.

 Kony: que es malvado nadie lo discute

Esto era un niño negro, un niño rubio,  un sweet papito y el señor de las moscas en versión Mugumbu. El niño negro tiene el papel de Toy Soldier, el rubito de secundario con gancho, Sweet Papito es el héroe y Kony el villano marrano. Planeta girando, piano tocando, voz en off almost susurrando: “Cáspita, ya me han vuelto a colar El árbol de la vida!”-piensas creyendo que eres superculta e invencible. Sweet Papito quiere dejarle un mundo mejor al rubito y por eso le cuenta la historia del “Toy Soldier” y el sacamantecas asesino. En el fotograma del rubito poniéndose “trizte” ocurre que como espectador  regurjitas las palomitas y y la maligna mantequilla tapona tu aorta dejándote a latido y medio de un infarto de miocardio. Casi mueres pero no, que tienes que acabar la peli, quedarte con la congoja y enviar la pasta para salvar a los 30.000 toy soldiers que Monster Kony tiene en sus garras. Sólo que ya no son 30.000. Y Kony ya no está donde dicen. Porque hay diferencia horaria y Sweet Papito llega dos décadas tarde con su capa de supermán, cuando ya no queda ni el apuntador.  Y tu como espectador globalizante, sediento de buenas causas, de historias de salvación quieres que pillen por las pelotas al bad guy, que lo juzguen, que Vlad Dracul lo ensarte a lo pincho moruno,  lo meta en una trituradora y lo convierta en  teriyaki para los cerdos. Y ahí está el poder telequinésico de Toy Soldier: no preguntes, no compares, compra, no te pares y desdibuja tu huella digital en el ratón, clic-clic-clic-clic, enviar-reenviar-postear-twittear-actualizar, clic-clic-clic-clic, hasta que ese clic reduce el compás, de semifusa a redonda y muta a silencio en el justo momento en el que aterriza en la red otra “peli”, tolón-tolón, campana y se acabó… y otros seis millones de fotogramas cegadores, palomitas, mantequilla, pegatinas, pulseritas y coñocitos y …KONY…quien era KONY? Un pony anarka? Un burro morreando a una elefanta? Unas gafas de pasta para gente sin pasta? Y ya no te acuerdas porque te han pasado el Boli desmemorizador de los “Men in Black”,  que es algo así como un plumazo de alzheimer instantáneo y chocolateado en forma de truco trilero. Plop! Donde está la bolita? Plop!
Desconecta el wifi, el de tu sesera.

Sweet Papito: más bueno que el pan.
Ahora respira.
Si, sí, eso de sacar aire que hacemos sin pensar.
Siéntate en postura de loto, ok, vale, tienes la flexibilidad de un cocotero del Amazonas, siéntate  a secas pues. Y respira. 

Piensa en papel, un pedazo blanco de Piet Mondrian,  si te invaden otras imágenes o cualquiera de los superdotados que protagonizan el anuncio de Loewe vuelve a concentrarte en respirar. Notas un moco reseco en el agujero izquierdo de la nariz, lo notas ahí agarrao a tus pelillos como Urdangarín se agarra a las mentiras,  te lo quieres arrancar con todo el ansia….shtt! Mata a la mona chita que hay en tu cabeza y respira. Y ahora piensa, deduce, imagina, pregúntate yourself.  Quizás tu body ibérico esté aún orgasmeándose con el subidón de insulina de tanta chuche, maíz y momento candy-candy. Ok, vale, pasará. Respira y no te sientas ridículo. Conéctate sin cables contigo mismo y no dejes de preguntarte nunca. Empiezas a oler a petróleo? Es sólo el tufo de la desconfianza o la crítica gratuita? O es que los yankis nos tienen demasiado sodomizados con celuloide?  No lo puedo evitar: me viene al disco duro la deliciosa canción de Martika: “…we all fall dawn like toy soldiers”. 

* "abajo": Para el consumo de este snack se recomienda haber visto el documental "Kony 2012" (lo podrás encontrar fácilmente en youtube).





1 comment:

  1. bravo!! me ha encantado la lectura...el poder del "fotograma" es horroroso....y todos sucumbimos ante tal avalancha pirenaica de "impacto emocional", tras eso viene nuestra supuesta empatia dentro de los limites socialmente aceptados y esperados.....para luego acabar con un gustirrinin extraño de autocomplacencia en el que nuestra conciencia vuelve a relajarse y a quedar satisfecha...ais polaca...volvera a brillar el sol en nosotros cuando no sabemos ni respirar??...sigue ahi!

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