Wednesday, May 30, 2012

Las crónicas de Bankia: El lelo, la bruja y el armario de polillas (parte 1).

Érase una vez cuatro chiquillos destetados, con los padres en el paro y mucho tiempo que matar.   Qué pasa, no iban al cole? Habría que empezar diciendo que el Sr. Cenizo, el teacher,  estaba de baja por el dengue. Si el Dr. House buscara culpables apuntaría con su bastón al ataque de apendicitis del profesor de gimnasia, el Sr. Sentadillas. Su desconsiderada tripa  se puso berraca de restos de nuggets y pegó un rebentón  a mitad de trimestre.  Con los recortes, los ajustes y la madre que parió a todos al Sr. Cenizo le tocó currar más horas que a un reloj. Con lo que llegaba a casa "in articulo mortis". Se alimentaba de latas . Les cogió cariño. A los dos meses se erigía sobre la encimera una fortaleza de latas de cocido que ya la querrían los clicks de playmobil como mansión Penthouse para llenarla de Bratzs y fornicar hasta el amanecer .  Pero allí, entre garbanzos, juguillos y moho sólo vivía un mosquito. Africano. Que picó al Sr. Cenizo y lo puso al baño-maría por dos meses. Y así estaban los cuatro chiquillos destetados. Sin cole, mucho tiempo que matar y un cerebro diseñado para el crimen. "Por qué no jugamos al escondite?" - preguntó el más atontolinao pensando que vivía en el palacio de los Windsor. "Ya no tenemos muebles. Donde te quieres esconder so memo? En la cisterna?"- replicó la aspirante a cínica. "Bueno, los papas siguen conservando el armario"- apuntó el que tenía la base de datos más actualizada. El armario. Los papas lo habían vendido todo en loquo. Hasta ese raro columpio donde a papuchi le gustaba ser colgado como una "secallona" mientras la mama vestida de Rasputín le chamuscaba con un zippo los pelillos de la rabadilla. Pero el armario era todo un superviviente.  La frase " Ni os acerquéis al armario" de repente cobró un sentido subliminal revelador: "dejad que los niños se acerquen a mi". Los niños  subieron escopeteaos al dormitorio papal y se plantaron delante del árbol frutal hecho ropero. "Los papas dicen que ahí guardan la pasta, por si nos atacan las gallinas"- lapidó el atontolinao. " Que no! No te enteras de nada! Es por lo del corralito! - le espetó la cínica repelenta. "Y qué es el corralito?".  "Es donde te piensas que nunca estarás pero ya estás"- apostilló la cínica sin saber de lo que estaba hablando.  El atontolinao se meó pensando que estaba en el infierno y él muerto sin saberlo. El mayor que ya estaba harto de la escena fantasmal con música gregoriana de fondo abrió la puerta de sopetón: "basta de mariconadas. Entremos y veamos que guardan".
El armario era enorme y olía a revenío.  Tras atravesar un espeso bosque de faldas,  trajes clónicos y disfraces para montar tres carnavales  encontraron una caja. "Anda,  una caja!"- soltó el chiquitín que se había puesto la pinza antipolillas en la nariz para no oler su pis. "Anda, yo diría que es un meteorito!"-subrayó la repelenta aniquilando un gramo más la autoestima de su hermanito. El primogénito se avalanzó y descubrió su contenido: dos fajos con billetes de 50 euros, una cartilla de un banco con la marca de la estrella de la muerte y dos billetes de avión a Punta Cana.Dos. No Seis. "Si algo va mal pretenden largarse solos"- afirmó el mayor con tono abemolado. "Y dejarnos solos con la gallina?"- preguntó el benjamín antes de caer desmayado por el colocón de naftalina. "Cojamos la pasta y larguémonos de aquí!"- gritó la repelenta agarrando uno de los fajos. "No! Espera! Debemos pensar en un plan!"- le espetó el primogénito. Ambos hermanos se enzarzaron en una pelea aderezada con lluvia de billetes y sin Demi Moore en pelotas (qué pena! masculló el grande mientras desorejaba a su hermana). Entre tanto guantazo acabaron tropezando con el chiquitín anestesiado que soñaba con la invasión de las gallinas mutantes en el suelo. La hermana mediana, que hasta ahora no había abierto el pico y he sacado así en plan efecto sorpresa, contemplaba la escena desde una esquina enfundada en un disfraz de nutria- enfermera...: "Dejad de hacer el gusano y poneros esto!"- les tiró unos disfraces de Alvin y las ardillas- "Ahí fuera hace un frío del carajo..."    (CONTINUARÁ...)

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