Siglo XXI (aunque a veces tengo el feeling de que Marty McFly me ha metido en el DeLorean y me ha llevado a las cruzadas).
The Peach State (Estado del melocotón) o Georgia para los amigos.
Lleno , claro está, de melocotones, pinos, magnolias, cocacolas y el suficiente bromuro de pancuronio como para liquidar a medio país. El país de las oportunidades. De las oportunidades de cagarla a lo grande.
Durante un decenio se ha exhibido en todos los teatros un exitazo sin precedentes: “Demolition Man o el Lelo del Parvulario”. Es la historia de un lelo que llegó a presidente, demolió dos rascacielos con gente dentro (aunque él pensaba que sólo había muñecos Lego) y se puso a jugar con nitroglicerina en el lejano oriente. El musical acaba con un solo de Georgie, el protagonista, flotando desnudo en una bañera de Jack Daniel’s y cantando “Everything it’s gonna be fine, I didnt’ mean it”. Las entradas se agotaban cada noche. Acababan hechas polvo: “somos unas vendidas, tía”- dijo una a la otra antes de partirse en dos, como las torres de la historia.
Pero ahora, en el estado melocotonero, un nuevo éxito amenaza la taquilla: “Si me pinchas no sangro”. Su autor, una joven promesa judía se creyó la séptima reencarnación de William Shakespeare y escribió la obra tras setecientas tazas de machiatto del Starbucks. Y esta noche es la estrena. El famoso programa de televisión “Como matar a un ser humano” está haciendo un especial en el canal 4. Algo así como la antesala de los oscar’s pero en versión antesala de la muerte. Para ir calentando Halloween.
“ Si me pinchas no sangro es una versión menos Disney de la Bella Durmiente, sólo que aquí en vez de rueca y rubia tenemos inyección y drogas suficientes como para pararle el corazón a un ejército de elefantes.” – narra Nathan Corpse, el inmaculado presentador cincelado por bisturíes, adicto a los batidos de proteínas con sabor a estiércol y a la hipoxifilia.
“El protagonista, Troy Davis, es un no-blanco, supuestamente culpable, acusado del asesinato de un policía que vigilaba que nadie robara las crispy chicken en un Burger King. Tenemos una historia con ingredientes más que atractivos: un prota con destino de tragedia griega, un alcaide maligno y con problemas de próstata, números de claqué en el corredor de la muerte, secundarios divertidísimos como el patoso paramédico que tarda dieciocho pinchazos en acertar la vena o esa aparición del fantasma de Thomas Edison reclamando la superioridad de la niña de sus ojos, la silla eléctrica: “ Dos mil quinientos voltios y eurekaaaa”, ahhh, escena sublime. Los palcos de lujo y la platea están reservados para los 55 países que aún mantienen la pena de muerte, en el gallinero estará Amnistía Internacional y la Unión Europea, aunque esperemos que no sean muy aguafiestas y no hagan deslucir un acontecimiento tan esperado como este. Aquí Nathan Corpse desde “Como matar a un ser humano”. Vayan a por palomitas, regresamos tras 300 segundos de publicidad hilarante. Quédense con nosotros”.
Martin Luther King nació en Georgia. Si levantara la cabeza no diría eso de “I have a dream”, soltaría más bien un “I’m having a fucking nightmare”.
No comments:
Post a Comment