"Nadie es enteramente malo. Son las circunstancias las que nos hacen malos... o no saben que están haciendo el mal" - Delicatessen (1991).
Bruma. Humedad. Tinieblas rojas. Mosaico de charcos y caracoles saltarines. Y enmedio un destartalado edificio con la fachada partida en dos. A pesar de la pátina enmohecida se puede leer perfectamente el cartel que pendulea en la entrada: "Mon-Clo-A-Ca". Ñigu-ñigu-ñee- canturrea el viento mientras lo mece. La Moncloaca es una de las pocas carnicerías que quedan en un mundo post-apocalíptico como el nuestro. Este es el business del carnicero Marrano Yosoy. Marrano reina con cuchillo en mano en un microsistema poblado de hambrientos donde la carne escasea y cualquier cosa que respire es futuro filete. Su guarida está en los bajos del edificio e intenta llevar el negocio como puede bajo un canibalismo democratizado donde él y su grupo de intocables se meriendan a cualquier bicho viviente que ose pensar y mucho menos decir. Marrano fuma puros entre tajo y tajo. Fumar le relaja y los cigarros le ayudan a conservar esa risa amarillenta que tanta dentera da a sus adversarios. Se pasea de punta a punta de la estancia montado en un segway y dibujando un travelling donde tripas e higadillos cancanean por doquier. Al otro lado de los charcos sobrevive "La Résistence". Sus miembros se esconden en los restos de la Biblioteca Nacional donde están a salvo de Marrano y sus secuaces: a Marrano los libros lo ponen neurasténica y diarreica. Marrano se protege de "La Résistence" con todo un comando gorilero que de vez en cuando se larga de safari a por materia prima. Los más suertudos van a parar a una jaula enorme donde son cebados con promesas electorales a las finas hierbas y las piezas más indómitas van directamente a la mesa del charcutero donde Marrano los degolla y deshuesa bajo una sinfonía de cuchillos deluxe. De vez en cuando se acerca a la jaula, churrupa tres caladas de puro y susurra: "calladitosh estáis más guaposh". Luego los miles de Hanseles y Greteles que aguardan su futuro como escalopa se hacen popó y reculan dos metros. Marrano Yosoy va al retrete, planta un muñeco y se limpia el trasero con el artículo 20 de la Constitución: "Libertad de expresión y difus...moñiga al cuadrado". Suena el ring-ring de la puerta: ha entrado el garrepa del quinto. "No lo soporto"- piensan los dos mientras se escupen una sonrisa aterciopelada. Marrano le pone unas salchichas. "Quiero Más"- suelta el del quinto. Marrano le pone unas costillitas de funcionaria y media espalda de jubilado. "Quiero Más - repite el del quinto. Marrano le pone criadillas varias: "Se lo envuelvo todo junto?". "No, embolíquelo independientemente. Gracias". "Algún día haré una barbacoa contigo"- elucubra Marrano. "Algún día esta tienda será mía y lo sembraré todo de franquicias"- piensa el del quinto. Afuera en la penumbra aguardan tres miembros de "La Résistance" camuflados de cubos de basura. Han logrado esquivar el comando gorilero que se está desquitando a mamporros con una piñata rellena de diccionarios.
"Algún día pillaremos a esos listillos, les haremos puré y haremos San Jacobos con sus libritos!"- piensan los gorileros.
"Algún día se acabará la carne y tendré que empezar a hacer dieta. O mejor me como a mis vecinos"- deduce Marrano.
"Algún liquidaremos al carnicero a lo Maria Antonieta, proclamaremos la República Vegetariana y viviremos todos en harmonía" - flipan los de la Résistance azotados por el tufo de la basurilla.
Son tiempos duros y todo es posible...
"Zaaaaaaaaaaaaaas clinc, splash, ñigu-ñigu-ñeeee"- suena el cuchillo, salpica la sangre, mece el viento el cartel... Mon-clo-a-ca.....
Bruma. Humedad. Tinieblas rojas. Mosaico de charcos y caracoles saltarines. Y enmedio un destartalado edificio con la fachada partida en dos. A pesar de la pátina enmohecida se puede leer perfectamente el cartel que pendulea en la entrada: "Mon-Clo-A-Ca". Ñigu-ñigu-ñee- canturrea el viento mientras lo mece. La Moncloaca es una de las pocas carnicerías que quedan en un mundo post-apocalíptico como el nuestro. Este es el business del carnicero Marrano Yosoy. Marrano reina con cuchillo en mano en un microsistema poblado de hambrientos donde la carne escasea y cualquier cosa que respire es futuro filete. Su guarida está en los bajos del edificio e intenta llevar el negocio como puede bajo un canibalismo democratizado donde él y su grupo de intocables se meriendan a cualquier bicho viviente que ose pensar y mucho menos decir. Marrano fuma puros entre tajo y tajo. Fumar le relaja y los cigarros le ayudan a conservar esa risa amarillenta que tanta dentera da a sus adversarios. Se pasea de punta a punta de la estancia montado en un segway y dibujando un travelling donde tripas e higadillos cancanean por doquier. Al otro lado de los charcos sobrevive "La Résistence". Sus miembros se esconden en los restos de la Biblioteca Nacional donde están a salvo de Marrano y sus secuaces: a Marrano los libros lo ponen neurasténica y diarreica. Marrano se protege de "La Résistence" con todo un comando gorilero que de vez en cuando se larga de safari a por materia prima. Los más suertudos van a parar a una jaula enorme donde son cebados con promesas electorales a las finas hierbas y las piezas más indómitas van directamente a la mesa del charcutero donde Marrano los degolla y deshuesa bajo una sinfonía de cuchillos deluxe. De vez en cuando se acerca a la jaula, churrupa tres caladas de puro y susurra: "calladitosh estáis más guaposh". Luego los miles de Hanseles y Greteles que aguardan su futuro como escalopa se hacen popó y reculan dos metros. Marrano Yosoy va al retrete, planta un muñeco y se limpia el trasero con el artículo 20 de la Constitución: "Libertad de expresión y difus...moñiga al cuadrado". Suena el ring-ring de la puerta: ha entrado el garrepa del quinto. "No lo soporto"- piensan los dos mientras se escupen una sonrisa aterciopelada. Marrano le pone unas salchichas. "Quiero Más"- suelta el del quinto. Marrano le pone unas costillitas de funcionaria y media espalda de jubilado. "Quiero Más - repite el del quinto. Marrano le pone criadillas varias: "Se lo envuelvo todo junto?". "No, embolíquelo independientemente. Gracias". "Algún día haré una barbacoa contigo"- elucubra Marrano. "Algún día esta tienda será mía y lo sembraré todo de franquicias"- piensa el del quinto. Afuera en la penumbra aguardan tres miembros de "La Résistance" camuflados de cubos de basura. Han logrado esquivar el comando gorilero que se está desquitando a mamporros con una piñata rellena de diccionarios.
"Algún día pillaremos a esos listillos, les haremos puré y haremos San Jacobos con sus libritos!"- piensan los gorileros.
"Algún día se acabará la carne y tendré que empezar a hacer dieta. O mejor me como a mis vecinos"- deduce Marrano.
"Algún liquidaremos al carnicero a lo Maria Antonieta, proclamaremos la República Vegetariana y viviremos todos en harmonía" - flipan los de la Résistance azotados por el tufo de la basurilla.
Son tiempos duros y todo es posible...
"Zaaaaaaaaaaaaaas clinc, splash, ñigu-ñigu-ñeeee"- suena el cuchillo, salpica la sangre, mece el viento el cartel... Mon-clo-a-ca.....