Friday, February 24, 2012

Leaving las Eurovegas


Delta del Llobregat, 2025. 

Arty McFly aparca del Delorian tras un antiguo monolito con el logo “Camping la ballena alegre” (cetáceo prehistórico del que venden camisetas en las tiendas Disney a tres mil pesetas).  Su viaje al fotudo, perdón: futuro,  ha durado 97 segundos y piensa quedarse forever & ever. Uno: porque se acabó la gasolina y ahora todo anda con eurococa (una aleación de una antigualla niquelada llamada euro y coca-cola cherry). Dos: porque en el pasado está en busca, captura y desguace. Arty, antes conocido como Atur Mas,  tuvo que cambiarse el nombre  y photoshopearse el rostro: “ponme el de Michael J. Fox”, pero el cirujano gráfico no quiso mancillar el nombre de la estrella y dedujo que estaría más mono con las facciones de Molly Ringwald, la chica de rosa. Dos implantes de silicona más tarde, pipppppppppp… el cirujano pereció misteriosamente atragantado con salsa de calçots.
 
Arty McFly con aspecto de Molly Ringwald (googlea "La chica de rosa")

Arty Mc Fly se planta a lo jarrón observando el futuro: delante del mar Mierditerráneo se derrama como vertido tóxico el paraíso de las sanguijuelas: Las Eurovegas. Arty fue un incomprendido en su época, perseguido con antorchas cual Engendronstein, criticado por una sociedad miserable que no supo valorar su plan revolucionario. Un letrero de millones de leds recorta a Trampas y Perrancas, las comadrejas, mascotas del completo, saludando a los recién llegados. El único vestigio del pasado es el delta, ahora un cenagal donde retozan dos sapos borrachos de budweisers y vestidos de Elvis: “Corrupt me, tender”-croan sin cesar.  

 Las Eurovegas, selva de cemento, ladrillo y moqueta hortera de feria se ha comido todo bicho viviente y los ha suplantado por una camada de tragaperras y ruletas que hacen la fotosíntesis bajo los destellos de visas oros. Arty juega con uno de sus mechones pelirrojos,  risueño y coqueto: “Sabía que era una buena idea Spencer…- Spencer es el espíritu de su perro del pasado, un Yorkshire bipolar con coletas que se le aparece ante la necesidad de que alguien le apostille las frases con un “tiene razón, señor president”. Y no va falto de ella…el chiringuito de Europa ha dado trabajo a mucha gente: el Casino Royal  llena el aforo cada noche con el musical “El rey y yo” donde Urdangarín, con mallas y a lo loco, deslumbra como prodigio del music-hall. También en el restaurante “El abejorro” se puede venerar la momia de Ruiz Mateos por quinientas pesetas y degustar postres medievales de diseño como los Flanes Dhul, tarta de whisky o frigopiés. Casi todos los especuladores de la inmobiliaria, políticos enfermos de porfiria y evasores de impuestos tienen su vejez asegurada en las Eurovegas. Arty se coloca la máscara para no ahogarse con el dióxido de carbono y palpa sus pockets: “un billete de diez mil!” Rechina sus dientes de alabastro, sonríe… “tiene razón señor president, señor president, señor president…” – el holograma de Spencer se repite como el alioli hasta la extremaunción mientras Arty desaparece en el horizonte y todo se funde a negro.   











No comments:

Post a Comment